Campo Alegre en el VII Raid de la Academia General Militar (AGM)
¡¡ 9 de 9 !!
Como siempre, Campo Alegre acude a la convocatoria anual de la AGM. El dato novedoso es que fuimos la hípica que presentó más binomios, junto con los anfitriones, nada menos que nueve: Dos en la prueba social de 20 km. y siete en la de 40 km. Asimismo, tiene mérito que hubiera en este grupo tres jovencísimos debutantes: dos amazonas, Elena y Haizea, y un jinete, Darío. A ello añadimos que cinco de los nueve caballos participaban por primera vez en un evento de “endurance”. Quien conoce este tipo de prueba (o la palabra en inglés) sabe que es exigente tanto en el plano físico como mental y que hay numerosos elementos e imprevistos que pueden contribuir negativamente a la clasificación del caballo, es decir, al éxito. Como es algo consabido, no se suele dar nada por sentado. Simplemente sabemos que hemos de estar centrados en nuestra tarea.
Pasada la línea de meta y realizados los controles oficiales, jueces y veterinarios declararon que todos nuestros équidos clasificaban en su prueba. ¿De modo que estamos contentos? Sí, así es, pero aquí no se queda esto: lo satisfactorio fue lo otro, eso que notas en la piel, en el estómago, lo que te tiene sin pestañear hasta que te escuecen los ojos. Y es que ya desde el principio de la mañana en Zaragoza, descargando caballos del camión y llevando a cabo los preparativos todo fluía de manera tranquila y eficaz. Todas las piezas casaban: el ambiente transmitía armonía.
¿Será que hay un buen líder, será que el equipo de asistencias y apoyo era eficiente, será que los caballos estaban bien entrenados, será que los jinetes dimos lo mejor de nosotros mismos? Será. El hecho es que jinetes y asistencias funcionaban como un engranaje bien engrasado, como un grupo con un objetivo común. En carrera, la conjunción fue absoluta: decisiones a tomar sobre el camino, ritmo a seguir, cambios de posición, colaboración plena … En las asistencias atención y ayuda competente. Además, la organización en la Academia fue impecable y la señalización óptima. Esto es de agradecer, ya que no solo agrada ver un trabajo bien hecho, sino que facilita notablemente la tarea al corredor.
Así pasó la primera fase. Del mismo modo la segunda. En ambas con esa sensación de equipo, de concentración. Soy con mucho mucho la mayor del grupo y algunos padres de mis compañeros de equipo piensan que sus hijos están en buenas manos conmigo. Mi sensación es que en realidad soy yo la que está en buenas manos con ellos. Estar con mi equipo en un raid o simplemente a caballo en casa me llena de una manera indescriptible, me hace feliz.
Elvira Notivol
Zaragoza, 18 de marzo de 2017
Elvira Notivol
Zaragoza, 18 de marzo de 2017